domingo, 4 de diciembre de 2011

Cómo reforzar tu presencia II

Tras una breve introducción-resumen sobre cómo buscar modos de mantenernos conscientes, en una entrada previa (Leer entrada ), voy a mostraros a continuación cómo recuperar la presencia en medio de una situación complicada.

Es una práctica genial depurar las energías internas, tanto físicas como mentales, cuando te das cuenta que has perdido la presencia en medio de una situación "conflictiva".

Cuando surgen dificultades, nuestro cuerpo reacciona de muchas formas: aceleración en los pensamientos, aumenta la tensión cerebral, y sentimos un hormigueo, adrenalina, o nivel de aceleración en diversas partes de nuestro cuerpo. O simplemente, al fijarnos en nosotros, notamos un gran malestar interno.

En este caso, practica el ejercicio de aceptar, y dejar ser a todo lo que ya se halla en tu cuerpo. No lo juzgues, no te identifiques con ello. Decide sentir plenamente todo lo que pasa por dentro, sin apoyarlo ni alentarlo, y verás cómo en cuestión de segundos comienzas a sentir una distancia entre todo ese proceso psíquico-físico y tu estado interior.

No es necesario que esperes hasta equilibrarte completamente. Eso quizás sea muy difícil, o imposible en el tiempo con el que dispongas en ese momento. Sólo necesitas esperar hasta que sientas esa distancia entre todo lo que acontece y tu tranquilidad de fondo. Esa distancia es un alivio interno resultado del comienzo de transmutación. Has conseguido dar la vuelta a la espiral negativa para volverla positiva, aún en medio de tu torrente externo alterado.

Una vez conseguido esto, simplemente céntrate en los pensamientos que saltan, y cuídate a ti mismo como un bebé llorando. Cuando los pensamientos sigan brincando, trátate con cariño: Shshshsh... tranquilo...
O también es inmensamente efectivo preguntar a tu propia mente: ¿qué te queda por decirme ahora que no me voy a creer? Y sorprendentemente, la mente calla. Y al fin puedes respirar.

Procura darte espacio cuando pierdes tu control interno hasta que vuelvas a recuperarlo. Si lo intentas, poco a poco los malestares se convertirán en la propia alarma que te recordarán que debes volver al ahora, al presente, a la quietud interna, a lo que la vida te brinda en ese instante.

Un abrazo,

Óscar

No hay comentarios:

Publicar un comentario