sábado, 19 de noviembre de 2011

La melodía del ahora

Hay 2 formas de vivir la música: analizarla, o sentirla.
Sentirla supone sentir la esencia de la misma. Y cualquier música es vibrante por naturaleza, independientemente de su estilo, o de lo que desee transmitir.

La música puede ser el resultado de una "composición" estudiada, o puede ser la transmisora de lo que alguien siente en su interior, de sus emociones.

Si transmite emociones, éstas son transformadas en las vibraciones que dicha música conlleva. Eh ahí las vibraciones con las que puedes conectar, o sentirte conectado.

Si alguna vez te has dejado llevar completamente por una obra determinada, ahí podrás destapar tu estado interior en ese momento. Es la propia música la que te invita a conectar con lo que fluye dentro de ti. Y es asímismo una gran guía para saber si la música es un reflejo de tu estado de conciencia, de tus emociones, o de tus aflicciones internas.

Escúchate a ti mismo cuando sientas la música, y te habrás descubierto en la riqueza del presente.

Escucharse a sí mismo es sentir tu la energía que fluye por tu cuerpo en ese momento. Sentir todo lo que llega a tus sentidos. Es darse cuenta de cómo nos encontramos en ese momento: ¿cómo es mi respiración? ¿en qué estado me encuentro por dentro? ¿cómo me siento?

Y para escucharse de esta manera, es básico y primordial dejar de lado a todo nuestro proceso mental: silenciar nuestra mente, nuestros pensamientos. Incluso los  que hagan referencia a las preguntas que nos realizamos.

¿Cómo me siento? "Me siento bien". Esta respuesta, es una etiqueta de nuestra mente, y si nos aferramos a ella, no sentiremos la verdadera Sensación de cómo nos sentimos. Por tanto, no encontremos las respuestas en los pensamientos, sino en la conexión con nuestro cuerpo.

El silencio interior (mental) es el mejor portador de la respuesta.

Un abrazo

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