sábado, 14 de enero de 2012

Enfrentarse a los momentos más difíciles

 En la vida siempre acaban llegando momentos trágicos, muy complicados, totalmente diferentes a lo que estamos acostumbrados a vivir cada día.

Es en estos momentos cuando todo nuestro esfuerzo de vivir el presente y sentir plenamente cada momento parece derrumbarse.
Nuestros pensamientos se desbordan. Nuestras emociones enloquecen. Nuestro cuerpo tiembla y se desorienta completamente. Nuestra mente toma el control de nuestro cuerpo, y el sentirlo, nos derriba todas nuestras defensas.

¿Qué hacer en momentos así? ¿Cómo estar presente cuando el presente queda tan lejano?

En realidad el presente no es necesariamente tener nuestra mente y emociones bajo control Estar presente implica aceptar plenamente el presente, y actuar a partir de él.
Si vemos que controlar las emociones de miedo y angustia no es posible dentro de nosotros, sí que podemos estar todo lo presentes que sea posible para controlar que no salgan fuera. Ésta es la forma de evitar la propagación de la inconsciencia en forma de dolor.

Por ejemplo: Si ha sucedido un acontecimiento familiar bastante impactante, y la desolación envuelve el ambiente, aceptad que por dentro no podéis controlar todo ese flujo de emociones, y dejadlas fluir sin reprimiros por sentirlas. Al mismo tiempo, pese a que estén ahí como parte de vuestro aquí y ahora, y por tanto las tengáis que aceptar, tomad la determinación de centrar toda vuestra atención en volcaros con amor en la situación.

El amor en una situación complicada es la llave que guía del sufrimiento al dolor, de la frustración a una angustia más sana. El amor puede ayudar a enfocarnos en quien necesitan ser amados, en vez de dejarnos llevar plenamente por el dolor que nos invade por dentro.

Si estáis sufriendo terribles contratiempos, abrid los ojos. Mirad en vuestro entorno. ¿Hay alguien que esté sufriendo como tú? Si es que sí, pregúntate a ti mismo si hay algo más importante que intentar estar, apoyar, y dar amor a esa persona que lo necesita.

Lo verdaderamente importante es mantener la capacidad para saber cuál es el camino. Una vez sintamos en nuestro interior qué es lo que mejor podemos hacer para ayudar a aceptar o superar la situación, entonces sólo es aceptarnos plenamente, e ir aportando poco a poco todo lo que podamos en esa dirección. Sin juicios, sin castigarnos mentalmente si no conseguimos dar la talla.

Amaos a vosotros mismos más que nunca. Amad en todos los momentos que sea posible. Vivid tan conscientemente como sea posible todo lo que fluye por vuestro interior. Dejaos ser. Quereos por lo que sois, por lo que estáis viviendo y luchando en ese momento.

Y comenzad a andar el camino de la paciencia, de saber esperar, y de la humildad con vosotros mismos, conscientes de que no siempre podemos ser lo que nos gustaría ser.

Buena suerte y todo el amor del mundo,
se despide vuestra pequeña voz interior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario