
Y me centro en este mensaje, porque nuestro ego o mente pensante siempre está juzgándolo todo, y es un gran muro en nuestras relaciones de amor en el día a día. Juzgar no aporta nada bueno ni a ti, ni a quien es juzgado, sino todo lo contrario: estás limitando a esa persona y a ti mismo con ella.
Debemos comprender que las personas tienden a actuar siempre buscando buenos objetivos. Incluso cuando hacen daño consciente o inconscientemente a otra persona, ellas siempre creen que están haciendo bien porque se están defendiendo, porque otros lo merecen, o un sinfín de objeciones.
Sin embargo, pese a que puedan estar confundidas, hay que saber que las personas desean en último término su propia felicidad, y la única forma de encontrarla es cuando su alegría se encuentra con la de los demás.
Si alguien no es feliz con la alegría verdadera de otra persona, es porque no es consciente de que esa alegría es alegría para él en sí mismo.

Y por tanto, sabiendo que las personas buscan el amor y la felicidad de la mejor forma posible, qué crees que aportará más felicidad para todos: juzgar sus defectos, causantes de no saber hacerlo mejor, o decidir aceptar (e incluso agradecer!) que hacen lo que pueden, y desde esa aceptación intentar darles otros enfoques para mejorar a cualquier nivel?

Muestra tu bondad para que los demas se sientan queridos. Deja ser a las personas, con sus virtudes y limitaciones, porque ellas se sentirán comprendidas, y así conseguirás compartir mucho más con ellas.
No juzgues a los demás, porque cada vez que lo haces, tú estás siendo juzgado como resultado de tus propias acciones.

Qué gran verdad Neosoma, cuesta ponerlo en práctica, sobre todo cuando te sientes lastimado, mantener la cabeza fría es complicado, pero si finalmente te das cuenta de que juzgaste, siempre nos queda ese maravilloso resorte que nos hemos inventado y que se llama pedir perdón, disculparse, empatizar con el otro, qué gran verdad lo escrito. Me alegra poder leerlo aquí!:-) Gracias por compartirlo.
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